La Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia EpiscopalVenezolana condenó la muerte de 30 detenidos en una cárcel de Acarigua, suceso ocurrido el pasado viernes 24 de mayo durante un motín, esto al tiempo que pidió “no más muertes violentas” y el cese de la impunidad.
Por medio de un comunicado, la máxima institución de la
Iglesia católica venezolana manifestó que “condena estas muertes y hace un
llamado al Estado para que adopte medidas inmediatas que garanticen la vida y
la integridad de las personas detenidas e inicie, a través de las instancias pertinentes
las investigaciones correspondientes, a fin de determinar la responsabilidad de
los autores materiales e intelectuales que bien, por acción u omisión hayan
promovido y suscitado estas muertes”.
A continuación el texto íntegro:
Los sucesos ocurridos recientemente en un centro de
detención en el Estado Portuguesa en donde murieron más de veinte personas
privadas de libertad y otros tantos resultaron heridos, es una situación que se
repite a pesar de los reiterados llamados a las autoridades del estado
venezolano para que ejerza el control de los establecimientos penitenciarios y
garantice íntegramente los derechos humanos de la población reclusa en los
términos previstos en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos y en el
derecho interno venezolano, instrumentos que establecen obligaciones
indeclinables e indelegables a cargo de las autoridades del estado.
La custodia y el orden interno de los establecimientos
penitenciarios no puede ser concedido o delegado por las autoridades estatales
a particulares, específicamente a otras personas privadas de libertad que
mediante la coacción y el ejercicio del terror mantengan un orden basado en la
extorsión a los reclusos y sus familiares, en el ejercicio de la violencia y en
diversos comercios ilícitos como el de estupefacientes, armas y otros.
Ante este suceso que lamentamos profundamente y que llenan
de alarma, estupor y angustia a la población reclusa y a sus familiares, la
Comisión de Justicia y Paz del Episcopado Venezolano recuerda nuevamente a las autoridades
del Estado Venezolano que es su deber indeclinable garantizar y respetar todos
y cada uno de los derechos humanos de la población privada de libertad, la cual
se encuentra bajo su cuidado y cuido; la población privada de libertad y sus
familiares constituyen uno de los grupos más vulnerables de la población,
corresponde a las autoridades garantizar el orden y la seguridad en los
establecimientos penitenciarios, las autoridades están obligadas categóricamente
a no permitir el ingreso de armas a los penales, a ejercer mediante personal
profesional calificado en la materia el orden y la disciplina interna de modo
de garantizar la vida y la integridad física de todos y cada uno de los
reclusos y a asegurarse de que se mantenga la adecuada disciplina y orden
interno para que se cumpla la reeducación y la reinserción social.
La Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal
Venezolana una vez más clama por una efectiva y verdadera justicia ante las
muertes de 30 detenidos el pasado viernes 24 de mayo en las Instalaciones de la
Comandancia General de la Policía en Acarigua, Estado Portuguesa que se suman a
masacres producidas en otros calabozos policiales años anteriores y que han
quedado en absoluta impunidad; decesos además que se han impuesto por la vía de
los hechos en pena de muerte contra los detenidos.
Finalmente esta Comisión de Justicia y Paz con fundamento en
los valores del Evangelio, el Magisterio de la Iglesia condena estas muertes y
hace un llamado al Estado para que adopte medidas inmediatas que garanticen la
vida y la integridad de las personas detenidas e inicie, a través de las
instancias pertinentes las investigaciones correspondientes, a fin de determinar
la responsabilidad de los autores materiales e intelectuales que bien, por
acción u omisión hayan promovido y suscitado estas muertes que además de ser crímenes,
son violaciones flagrantes a los Derechos Humanos.
No más muertes violentas en nuestras cárceles, no más
impunidad. Enviamos a los familiares nuestro más sentido pésame.

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